-Las autoridades quieren evitar que los medios condicionen al público a utilizar uno u otro servicio.
-Mencionar marcas en transmisiones va en contra de un decreto aprobado en 1992.
Cooperativa.cl/Agencias
La semana pasada, el Conseil Supérieur de l'Audiovisuel (CSA, Consejo Audiovisual Superior) estableció que la palabras "Twitter" o "Facebook" no pueden ser mencionadas en transmisiones de televisión o de radio dentro de Francia.
La idea es proporcionar un ambiente de libre competencia para las distintas compañías que existen en el mercado dentro los medios de comunicación del país europeo, asegurando que todas las redes sociales tengan la misma cabida y número de oportunidades de ser adoptadas por el público.
Pero la medida tiene un trasfondo jurídico que ya cuenta casi dos décadas de existencia y que hasta el momento no había sido contemplado en las menciones a operar en una u otra red social. En 1992, el gobierno francés aprobó un decreto que prohíbe que las organizaciones mediáticas promuevan marcas durante sus transmisiones, contemplando que tal acto podría auspiciar la polarización de la opinión pública para hacer uso de determinados productos o servicios en desmedro de otros.
Para evitar lo que en su momento se denominó una fórmula de "publicidad clandestina", el CSA postuló que los nombres de Facebook o Twitter sólo podrán ser nombrados cuando la noticia esté vinculada particularmente con las compañías. De lo contrario, se violará aquel decreto de principios de los 90.
Mientras que la vocera de la CSA, Christine Kelly, aseguró que de continuar tales menciones en la televisión significaría "una distorsión de la competencia", para el periodista especializado en tecnologías de la comunicación e internet, Matthew Fraser, esto no es nada más que "el ánimo de la psiquis francesa por mostrarse en contra de la dominación cultural anglosajona".
De ahora en adelante, conductores y periodistas deberán convocar a su público a contactarse con ellos a través de los sitios antes mencionados con frases más genéricas del tipo "síganos en su red social de preferencia", y esperar que a que den con el espacio correcto en la red.
La idea es proporcionar un ambiente de libre competencia para las distintas compañías que existen en el mercado dentro los medios de comunicación del país europeo, asegurando que todas las redes sociales tengan la misma cabida y número de oportunidades de ser adoptadas por el público.
Pero la medida tiene un trasfondo jurídico que ya cuenta casi dos décadas de existencia y que hasta el momento no había sido contemplado en las menciones a operar en una u otra red social. En 1992, el gobierno francés aprobó un decreto que prohíbe que las organizaciones mediáticas promuevan marcas durante sus transmisiones, contemplando que tal acto podría auspiciar la polarización de la opinión pública para hacer uso de determinados productos o servicios en desmedro de otros.
Para evitar lo que en su momento se denominó una fórmula de "publicidad clandestina", el CSA postuló que los nombres de Facebook o Twitter sólo podrán ser nombrados cuando la noticia esté vinculada particularmente con las compañías. De lo contrario, se violará aquel decreto de principios de los 90.
Mientras que la vocera de la CSA, Christine Kelly, aseguró que de continuar tales menciones en la televisión significaría "una distorsión de la competencia", para el periodista especializado en tecnologías de la comunicación e internet, Matthew Fraser, esto no es nada más que "el ánimo de la psiquis francesa por mostrarse en contra de la dominación cultural anglosajona".
De ahora en adelante, conductores y periodistas deberán convocar a su público a contactarse con ellos a través de los sitios antes mencionados con frases más genéricas del tipo "síganos en su red social de preferencia", y esperar que a que den con el espacio correcto en la red.






